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Pero otra cosa sucede con el amor nuestro de cada día. El amor que verdaderamente somos capaces de sentir y el que esperamos que otros puedan sentir por nosotros. Para bien y para mal, ese amor no es ningún sentimiento sublime e ilimitado.
Esta retrospectiva nos permitirá apreciar la diversidad y la universalidad de este sentimiento a través de los siglos.
No es, repito para dejarlo claro, no es una emoción reservada para unos pocos, ni tampoco algo que se siente exclusivamente en un momento de la vida frente a una única persona.
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Además, el amor verdadero implica el crecimiento particular y el desarrollo conjunto, siendo capaz de superar obstáculos y conflictos con empatía y compromiso. Es una experiencia que genera bienestar emocional y satisfacción en la vida de las personas involucradas.
Otra característica del amor verdadero es la presencia de un deseo sincero de cuidar y apoyar al otro en todas las circunstancias. Existe una disposición constante para brindar ayuda y estar presente en los momentos difíciles.
Reciprocidad: El amor verdadero es recíproco. Ambas partes se aman y se cuidan mutuamente. No se trata de un amor unidireccional.
Al contrario de lo que solemos pensar, no es sano emparejarse tratando de que el otro llene los vacíos y huecos de nuestra alma. Esa tarea corresponde únicamente a cada uno de nosotros.
Quieréme cuando menos lo merezca: la importancia de brindar amor en los momentos de mayor necesidad
Es ser una pareja de baile que se desliza con ritmo y armonía creando nuevos movimientos para sortear juntos mil y una dificultades.
En el amor verdadero, no buscamos a la persona perfecta, sino a la persona que hace perfecto nuestro mundo imperfecto. Se trata de encontrar a alguien con quien no solo compartes risas y alegrías, sino también miedos y tristezas.
Por eso preferir en vez de necesitar tiene como consecuencia directa otorgarle más valor a la persona que queremos, pues la valoraremos por quién es y no por encontrar pareja lo que nos aporta.
Quieréme cuando menos lo merezca: la importancia de brindar amor en los momentos de mayor necesidad
Apoyo: Apoyarse mutuamente en las buenas y en las malas es un signo de amor verdadero. Este apoyo incondicional puede ser emocional, físico o incluso financiero.